viernes, 23 de abril de 2010
Sentidos Abiertos
Sobre la peinadora,
las medias ahumadas y lingerie desdoblado,
fueron testigos silentes
cuando morí,
volviendo a vivir...
intensamente.
Precipitándose mis pechos hacia tu boca,
quedaron con símbolos violetas impresos,
en fracciones de segundos
mi entrepierna atrapó,
los tibios...
murmullos de los sexos.
Mis oídos ya no te oyen, sólo te escuchan…
tampoco te miran mis ojos,
cuando mis párpados se humillaron
ya tenían la memoria suficiente,
para escoger...
lo mejor de tus gestos.
Después...
la doblez de mi piel no tardó en comprender,
a tu cuerpo dispuesto para complacer...
a mi alma replegada para no culparse.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario