Ahuecando sus alas
pintaba en el lago
un cisne.
Picotea arándanos
tejiendo
sobre mis senos
románticos espejos
de aguas azules.
¡Harás bien si confías en mí!
Girando en círculos
aparta toda herida de grava
del alma flota la arcillosa bruma
despejando
la turbiedad del sentido.
La floración nocturna
reclama su natura,
entre mis piernas
nenúfares de flores rosas
durmientes sobre mi pubis.
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